Dioses Celtas de la Mitologia

Actualizado agosto 10, 2022

El pueblo celta es un misterio por su dispersión, sus actividades; pero también sus creencias ¿Creían en muchos dioses o en uno único cuyas figuraciones eran muchas? Tal respuesta es imposible de contestar, pero lo cierto es que sí mencionaron una multitud de divinidades. A continuación, en sintonía con lo dicho, presentamos dioses de la mitología celta: características e imágenes. 

Dioses mitológicos Celtas

Existen múltiples dioses en la mitología céltica, creencias de la antigua época druida; pero que no sobrevivieron a las conversiones generadas por Roma, sobre todo cuando esta primeramente hizo del cristianismo la religión oficial. De todas maneras, muchos relatos se han conservado y aquí presentamos las deidades principales (que remiten a espacios geográficos distintos).

Dagda

Dagda era el dios supremo del panteón irlandés, la divinidad de los druidas, casta sacerdotal y erudita del mundo celta. Dagda era el señor de los elementos y de los conocimientos, jurista; pero también un temible guerrero. Se dice que llevó a los Tuatha Dé Danann a la victoria, en tanto toda una estipe divina. Su nombre deriva de dios bueno, pero no en un sentido moral, sino en todo desde un punto de vista de excelencia.

Dagda era una figura paternal, protector de tribu y además el modelo del que posiblemente surgieron una multitud de otras deidades masculinas. Los campos de acción no estaban tan bien delimitados respecto a lo que hacían los dioses y sus rasgos; aunque eso podría verse modificado en parte al politeísmo romano.

Otros rasgos llamativos de esta divinidad era su extrema glotonería y desbordante sexualidad. Llevaba un caldero cuyo contenido era inagotable (prototipo del Grial) y una arpa mágica que podía tocar, por si sola, aires de lamento, de sueños, de risa y de muerte.

Balar

Balar o Balor era el nombre irlandés para un personaje de la mitología celta llamado «Rey de los demonios». Pertenecía a otra raza de dioses, los denominados Fomoré. Poseía un ojo en la frente y otro maligno en la parte posterior del cráneo que habitualmente se mantenía cerrado. Si abría este último la mirada resultaba mortal para quien fijara su vista.

Como dijimos, las divinidades tenían familias o razas (pensemos en los olímpicos griegos o en los æsir escandinavos como ejemplos), Balor, bajo ese contexto, había matado al rey de los Tuatha Dé Dannan durante una guerra, el que se conocía como Nuada.

Morrigan

Morrigan (aunque también se la puede conocer como Morrigu) era la diosa celta de la muerte y la destrucción. Es representada generalmente con armaduras y armas. Ella estaba presente en todas las guerras, figurando en forma de cuervo o corneja, también destacando con la habilidad de utilizar la magia negra. Su papel en las lides era infundir a los soldados el coraje y la ira para luchar.

Morrigan puede comprenderse de manera oscura como la diosa de la muerte, pero hay que entender que la muerte para un celta era «la mitad de una larga vida». Por lo tanto, una divinidad de la muerte es también de la renovación, a lo que también hay que añadir el amor y el deseo sexual.

Morrigan era doncella, madre y anciana, formando una triada de diosas junto a sus hermanas Badb y Macha. Hay que decir que tampoco se descarta que sea Morrigan una figuración de la triple diosa, algo que estudiosos también han encontrado en otras culturas.

Lug

Lug es una de las más destacadas deidades de la mitología celta. Era el maestro de todas las artes y habilidades, tenía una multitud de funciones. Un artesano que se hallaba muy alto en la jerarquía y, dato no menor, era pancéltico: es decir, podía aparecer en diferentes civilizaciones de extracción celta.

Algunos encuentran homologías de este dios con Loki o Balder, porque era luminoso y brillante. También se lo identificaba con Mercurio. Más allá de eso, también era una divinidad guerrera y protectora.

Brigid

Bridig era hija de Dagda y por lo tanto pertenecía a la raza de los Tuatha Dé Danann. Se la vinculaba con el elemento del fuego y, de hecho, se dice que había nacido con una llama en la cabeza que la conectaba con el universo. Asimismo, era la diosa celta de la inspiración, conjugando diversos poderes como la inspiración, la sanación y la adivinación.

Era una divinidad relacionada con los pozos sagrados, e incluso hoy, en las supervivencias del paganismo, se suelen en regiones rurales «vestir los pozos», es decir, ser adornados con diseños de flores. Así se honraba una divinidad como Brigid.

Naturalmente, sobre ese fundamento pagano y druida se tuvo que erigir el cristianismo. Por lo tanto, mucho de la historia de Bridig y sus rasgos se observan en una santa como Brígida.

Aonghus

Aonghus o Angus en la mitología irlandesa era uno de los Tuatha Dé Danann y una divinidad asociada con la juventud, el amor, el verano y la inspiración poética. Era hijo de Dagda, muy vinculado con el dios Maponos y además un personaje sumamente importante en algunos mitos irlandeses.

Cernunnos

Cernunnos era un nombre dado a la deificación de un macho cabrío dentro de la mitología céltica. Estaba relacionado con la fertilidad, la regeneración y la divinidad de la abundancia. Era el amo de los animales salvajes y tenía como rasgo físico sobresaliente sus cuernos de ciervo.

Es importante aquí recalcar que Cernunnos es un nombre latino y da cuenta de cómo vio el pueblo romano a estas civilizaciones de extracción céltica con las que se toparon, sobre todo con los galos por la cercanía.

Belenos

Belenos o Belenus era el dios del sol dentro de la mitología céltica. Era denominado el «hermoso y el resplandeciente», una deidad muy antigua y de culto extendido. Estaba asociada al festival del fuego y el festival de Beltane.

Era asociado con los caballos y la rueda. Y aquí vemos cierta conexión con el griego Apolo: Belenos también movía el sol con un carro tirado por majestuosos corceles.

Al igual que Cernunnos, son divinidades célticas más ligadas al mundo de las Galias; aunque Belenos se haya extendido mucho más allá de esa región geográfica.

Taranis

Taranis era una de las deidades principales del mundo celta de las Galias, conocido como «el atronador». Era la divinidad del trueno, la luz, el cielo, la rueda cósmica que simboliza el ritmo de las noches y de los días y el universo en su globalidad.

Era también un protector de la tribu y guerrero, representado con barba a pie o montado a un caballo, portando en sus manos rayos, ruedas o ambos.

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