Actualizado octubre 11, 2020
Francisco «Pancho» Villa fue una de las figuras más sobresalientes en la historia de la Revolución Mexicana, con una vida azarosa, llena de oscuridades y luces de todo tipo, además de un trágico final. A continuación presentamos la biografía de Pancho Villa: un resumen de su vida y hechos más importantes.
¿Quién fue y qué hizo Pancho Villa?
José Doroteo Arango Arámbula nació un 5 de junio de 1878 en la hacienda de Río Grande, San Juan del Río, en Durango. Sus orígenes son tan misteriosos que los historiadores plantean varias hipótesis. Trabajador de una hacienda y una suerte de justiciero ante un hecho de una violación de una mujer, lo cual derivó en un destierro y luego en ser parte de un grupo de bandidos, con un tal Francisco Villa a la cabeza. Nuestro protagonista se habría ganado la confianza de este último a tal punto que con la muerte del líder ocupó su lugar y tomó su nombre. Aquí el bandidaje se mezcló con la idea de luchar contra las injusticias que proliferaban en las haciendas, siendo muy impactante lo sucedido en Sombreretillo o El Gorgojito. La otra historia versa sobre un matrimonio prohibido, dando lugar a un hijo de una sirvienta, el mismísimo Villa. Un tal Agustín Arango lo habría bautizado, siendo hijo natural de Jesús Villa: el héroe de la revolución tomaría, finalmente, el apellido de su abuelo adoptivo. Finalmente, la última versión, cuenta que una mujer de apellido Arango tuvo amoríos con Jesús Villa, que justamente había pasado a residir en San Juan Del Río. Fruto de su vínculo fue el ya mencionado Agustín Arango, que años después se casaría con Micaela Arámbula y tendrían a Doroteo. Finalmente, quien sería figura importante en la historia mexicana, retomó el apellido de su abuelo, como método para ocultar su identidad.
Sea un bandido justiciero o un hijo no reconocido por una realidad de división de clases sociales, lo cierto es que Villa se unió al movimiento maderista en 1910. Generalmente es presentado como un cuatrero o un guerrillero sin causa, que al conocer a Abraham González, destacado político antireeleccionista (es decir, se oponía a Porfirio Díaz), se empapó de una visión política, abriendo los ojos ante un mundo demasiado injusto y desigual. Y en su lucha armada maderista Pancho Villa se distinguió por su talento, audacia y hasta organización. Se dice que engañó al general Navarro en El Tecolote, al ponerle sombreros a las estacas para simular un contingente mayor. Sobresalió como jefe en las batallas de San Andrés, Santa Isabel, Ciudad Camargo, además de participar con Pascual Orozco en la famosa batalla de Ciudad Juárez. La fama fue agigantándose, además de ciertos componentes de rebeldía ante Madero.
Pero esas rebeldías, que quedó ejemplificada en querer asesinar a Juan N Navarro, se solaparon al negarse a dejar de lado a Madero en favor del desleal Orozco. En esos entonces, la primera etapa, Villa combatió en Chihuahua, Durango y en Torreón se sumó a las filas de la División del Norte Federal, comandadas, paradójicamente, por Victoriano Huerta. A su lado participó en otras lides, fue ascendido a brigadier honorario y se cuenta que por celos el mismo Huerta lo procesó, bajo pretexto del robo de una yegua y ordenó su fusilamiento. Aquí Madero le salvó la vida con la intervención de su hermano Raúl, pero fue enviado a la Ciudad de México, siendo encarcelado. Pero la cárcel fue fructífera y breve en 1912: conoció a Gildardo Magaña Cerda quien lo instruyó y lo llenó de agrarismo y luego, a finales del año, pudo fugarse. El camino claro era el exilio sin fecha a Estados Unidos, incluso con ayuda del gobernador de Sonora aportando recursos; aunque los asesinatos de Madero, Pino Suárez y Abraham González producto del levantamiento de Huerta modificaron los planes. Villa decidió levantarse ante tamaño atropello. Ya en 1913 respondió a los llamados de líderes como Venustiano Carranza, bajo la consigna de derrotar al usurpador. Desde Chihuahua Pancho Villa inició su tarea bajo las huestes constitucionalistas, en un principio con un número exiguo de hombres.
Y las tropas villistas, en aquel norte lejano, fueron adquiriendo número y renombre, tomando cuarteles, casas de juego, puentes y jefaturas. Para noviembre de 1913 se había creado la famosa División del Norte, siendo Villa uno de los nombres principales. De hecho, el poder de nuestro protagonista fue creciendo, a tal punto de ser gobernador provisional de Chihuahua (Manuel Chao, durante un buen tiempo fue un títere). En este período el líder revolucionario tomó muchas medidas: mandó a imprimir diversos billetes (uno de los rasgos más resaltados en sus biografías), embargó tiendas, sustituyó administradores por aquellos leales a su causa, fundó escuelas, abarató precios de comidas y otras medidas que beneficiaban al pueblo bajo.
Sin embargo, cuando el enemigo común fue derrotado, las desavenencias en el bando revolucionario se hicieron evidentes. Victoriano Huerta firmó su carta de renuncia el 15 de julio de 1914, pero los enconos de Villa con Carranza fueron en crecimiento. El último lo despreciaba por su reputación de bandolero, por lo que nunca le otorgó a la valiosa División del Norte el grado de ejército ni a Villa el grado de general de división. Lo que sigue son intentos de acuerdos y rupturas con otro de los principales personajes de la revolución, el general Obregón, acólito por aquellos entonces de Carranza. En esta época la mejor imagen de ese desacuerdo es la Convención de Aguascalientes. Es que si hubo una realidad de la Revolución Mexicana que se dio innumerables veces fue la fragilidad de las solidaridades entre sectores que, muchas veces, tenían intereses sino opuestos, por lo menos sumamente distintos (pensemos en Zapata y Villa, en contraposición de Carranza). Luego de Aguascalientes la división era clara: convencionistas por un lado, quienes suscribieron al Plan de Ayala; por otro lado constitucionalistas.
En 1915 se podría decir que fue mucho el «general invencible» para Villa. Es que Álvaro Obregón lo derrotó en la famosa batalla de Celaya. La caballería villista no había podido con la artillería, trincheras y ametralladoras del ejército de Obregón. Para aquellos entonces Carranza se había opuesto a la convención y había realizado su contragolpe desde Veracruz. A esto se sucedieron muchas otras derrotas, teniéndose que replegar el líder revolucionario en el norte del país, perdiendo también en Agua Prieta frente a las tropas de Plutarco Elías Calles.
Luego de estos sucesos funestos en la vida de Villa, el mismo atacó a los Estados Unidos, sobre todo cuando Wilson dio el visto bueno a Carranza y sus seguidores, además de aportar recursos a Obregón. En enero de 1916 un grupo de villistas masacraron a 18 estadounidenses, empleados de la compañía minera ASARCO. Unos meses después unos 1500 hombres también villistas, al mando de Ramón Banda Quesada, atacaron el pueblo de Columbus, Nuevo México, también como represalia al reconocimiento oficial del régimen de Carranza por parte de Estados Unidos. Asimismo, iban en búsqueda de un tal Sam Ravel, un proveedor que le habría robado al mismo Villa. Esto dio lugar, como contrapartida, una expedición punitiva con el general Pershing y huetes norteamericanas que ingresaron en el mismo territorio mexicano (por lo menos hasta la ciudad de Parral). El presidente Wilson los envío el 14 de marzo de 1916 y durante 11 meses estuvieron en la búsqueda de Pancho Villa. Si bien se logró dispersar a los hombres que habían atacado Columbus, lo cierto es que nunca se dio con el paradero del jefe revolucionario.
De manera notoria aquí nos encontramos en los tiempos finales de Villa, no solo como líder popular sino también respecto a su propia vida. Ese personaje curioso que acostumbraba verse con periodistas e intelectuales, que según cuentan firmó contrato para ser filmado él y sus hombres en batalla, que se casó con un sinnúmero de mujeres y que supo adquirir enormes cuotas de poder fue apagándose poco a poco. Lo que tenemos a estas alturas es una regresión a la actividad guerrillera y una carestía de recursos, como las armas. Esta fue su realidad de 1917 a 1920, con un leve resurgimiento gracias a la colaboración de Felipe Ángeles. Adolfo de la Huerta, quien era un presidente interino luego de la caída de Carranza (quien culminaría siendo asesinado en ese mismo 1920), gestionó la rendición de Pancho Villa. El Convenio de Sabinas, en Coahuila, lo obligaba a aquel a deponer las armas y refugiarse en la Hacienda de Canutillo, en Durango. El gobierno se la había concedido como propiedad debido a los servicios prestados durante la revolución.
Pero aquí no culminó esa madeja de asesinatos que representó en algún punto la Revolución Mexicana. Con la llegada de Álvaro Obregón a la presidencia hubo una admisión absoluta, para no decir promoción, de cualquier intento de homicidio al en otros tiempos Centauro del Norte. Evidentemente, Villa significaba preocupación, una chispa de rebeldía que podía prenderse en cualquier momento y había que evitarlo. De hecho, fue así: durante la rebelión delahuertista (una especie de división de Agua Prieta), que anhelaba impedir que Obregón impusiera su candidato, Plutarco Elías Calles, se decidió matar a Villa para que no encontrara una nueva oportunidad, de las que el México candente de aquellos entonces daba, para levantarse en armas.
Calles, quien sería luego presidente de la nación, contactó al coronel Lara para dar rienda suelta al plan. Se le ofreció cincuenta mil pesos y el ascenso al grado de general. Incluso no se duda que hayan intervenido elementos estadounidenses en el suceso: así Pancho Villa fue emboscado (Jesús Barraza la pergeñó) y asesinado la tarde del 20 de julio de 1923. Tenía 45 años y se dirigía a una fiesta familiar en Parral, Chihuahua. Se cuenta que su cadáver fue decapitado y que en la profanación intervino un tal Haldal, pagado por el rey de la prensa en aquellos entonces, William Randolph Hearst, quien había desembolsado 5.000 dólares por la cabeza del líder revolucionario, en una suerte de polémico trofeo.
Cronología de Pancho Villa
A continuación presentamos una cronología de la vida de Francisco Pancho Villa, con los hechos más importantes.
1878- Nace Francisco Pancho Villa un 5 de junio de 1878, en San Juan del Río, Durango.
1910- Se levanta en armas contra el régimen de Porfirio Díaz, abrazando, vía la instrucción de Abraham González, la causa maderista.
1911- Fue parte de la junta convocada por Madero para organizar la toma de ciudad Juárez.
1912- Se unión a Victoriano Huerta en Torreón y luego fue ascendido a general de brigada honorario. Por desavenencias con aquel y ante un presunto robo se encarcela a Villa.
1913- Luego de un intento de escape a los Estados Unidos, regresa para ser parte de las tropas constitucionalistas que se oponen a Huerta.
1914- Se derrota a Huerta, pero comienza el resquebrajamiento de las alianzas revolucionarias con Carranza y Obregón.
1915- Derrotas ante Obregón y Carranza se consolida en el poder.
1916- Carranza ataca el pueblo de Columbus, Nuevo México, y como consecuencia Wilson envía tropas en persecución del jefe revolucionario.
1917 a 1920- Una época de agotamiento del poder de Villa, hasta que el por entonces presidente interino, Adolfo de la Huera, le propone una amnistía.
1923- Obregón, ante la crisis de sucesión, no ve con malos ojos la muerte de Villa. La misma ocurre el 20 de julio de 1923, tras ser emboscado de camino a un evento familiar.