Actualizado enero 21, 2023
La poesía es una manera extraordinaria para comunicar sentimientos, pero embellecer las palabras y las formas. Una cadencia específica, una sonoridad que nos encanta, eso tiene la poesía. A continuación, en sintonía, presentamos una excelente selección de poemas cortos sobre amor y amistad: famosos y anónimos. Maravillosos poemas para dedicar este Día de san Valentín!
Poemas de amor célebres y anónimos
Anónimo
Cuando te conocí,
me dio miedo mirarte.
Cuando te mire,
me dio miedo quererte.
Y ahora que te quiero,
me da miedo perderte.
Anónimo
Mi corazón morirá
cuando te marches,
pues solo tú le haces
sentir amor verdadero
en cada instante.
Si me quieres, quiéreme entera (Dulce María Loynaz)
Si me quieres, quiéreme entera,
no por zonas de luz o sombra.
Si me quieres, quiéreme negra
y blanca y gris, verde y rubia
y morena.
Quiéreme día,
quiéreme noche.
¡Y madrugada en la ventana abierta!
Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda o no me quieras!
Amor eterno (Gustavo Adolfo Bécquer)
Podrá nublarse el sol eternamente;
podrá secarse en un instante el mar;
podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
cubrirme en su fúnebre crespón,
pero jamás en mi podrá apagarse
la llama de tu amor.
De nadie seré,
solo de ti.
Hasta que mis huesos
se vuelvan cenizas
y mi corazón
deje de latir.
Viceversa (Mario Benedetti)
Tengo miedo de verte, necesidad de verte,
esperanza de verte, desazones de verte.
Tengo ganas de hallarte, preocupación de hallarte,
certidumbre de hallarte, pobres dudas de hallarte.
Tengo urgencia de oírte, alegría de oírte,
buena suerte de oírte y temores de oírte.
O sea resumiendo, estoy jodido y radiante,
quizá más lo primero que lo segundo
y también viceversa.
Arde en tus ojos (Antonio Machado)
Arde en tus ojos un misterio,
virgen esquiva y compañera.
No sé si es odio o es amor la lumbre
inagotable de tu aliada negra.
Conmigo irás mientras proyecte sombra
mi cuerpo y quede a mi sandalia arena.
¿Eres la sed o el agua en mi camino?
Dime, virgen esquiva y compañera.
Madrigal (Amado Nervo)
Por tus ojos verdes yo me perdería,
sirena de aquellas que Ulises, sagaz,
amaba y temía.
Por tus ojos verdes yo me perdería.
Por tus ojos verdes en lo que, fugaz,
brillar suele, a veces, la melancolía.
Por tus ojos verdes tan llenos de paz,
misteriosos como la esperanza mía,
por tus ojos verdes, conjuro eficaz,
yo me salvaría.
A veces (Nicolás Guillén)
A veces tengo ganas de ser cursi
para decir: la amo a usted con locura.
A veces tengo ganas de ser tonto
para gritar: ¡La quiero tanto!
A veces tengo ganas de ser niño
para llorar acurrucado en su seno.
A veces tengo ganas de estar muerto
para sentir bajo la tierra húmeda de mis jugos
que me crece una flor
rompiéndome el pecho,
una flor y decir:
esta flor, para usted.
Soneto LXXXV (Juan Boscán)
Quien dice que la ausencia causa olvido
merece ser de todos olvidado.
El verdadero y firme enamorado
está, cuando está ausente, más perdido.
Aviva la memoria su sentido,
la soledad levanta su cuidado,
hallarse de su bien tan apartado
hace su desear más encendido.
No sanan las heridas en él dadas,
aunque cese el mirar que las causó,
si quedan en el alma confirmadas,
que si uno está con muchas cuchilladas
porque huya de quien lo acuchillo
no por eso serán mejor curadas.
Anónimo
Te amo y te amaría una y otra vez,
sin pausa, sin duda, sin pensarlo,
en un instante, siempre, toda
la vida y si hubiese más
de una vida también
te seguiría amando.
Amo hablarte con besos
porque son tus besos
los que me hablan de amor.
Anónimo
Cuando me despierto
el primer pensamiento del día,
es pensar en tu sonrisa,
para llenarme de energía.
Cuando me acuesto,
justo antes de dormir,
doy gracias al cielo
por tenerte junto a mí.
Te quiero a las diez de la mañana (Jaime Sabines)
Te quiero a las diez de la mañana, y a las once,
y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y
con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia.
Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me
pongo a pensar en nosotros dos, y tú piensas en la
comida o en el trabajo diario, o en las diversiones
que no tienes, me pongo a odiarte sordamente, con
la mitad del odio que guardo para mí.
Luego vuelvo a quererte, cuando nos acostamos y
siento que estás hecha para mí, que de algún modo
me lo dicen tu rodilla y tu vientre, que mis manos
me convencen de ello, y que no hay otro lugar en
donde yo me venga, a donde yo vaya, mejor que tu
cuerpo. Tu vienes toda entera a mi encuentro, y
los dos desaparecemos un instante, nos metemos
en la boca de Dios, hasta que yo te digo que tengo
hambre o sueño.
Todos los días te quiero y te odio irremediablemente.
Y hay días también, hay horas, en que no
te conozco, en que me eres ajena como la mujer
de otro, Me preocupan los hombres, me preocupo
yo, me distraen mis penas. Es probable que no piense
en ti durante mucho tiempo. Ya ves ¿Quién
podría quererte menos que yo amor mío?
Bendito sea el año (Petrarca)
Bendito sea el año, el punto, el día,
la estación, el lugar, el mes, la hora
y el país, en el cual su encantadora
mirada encadenose al alma mía.
Bendita la dulcísima porfía
de entregarme a ese amor que en mi alma mora,
y el arco y las saetas, de que ahora
las llagas siento abiertas todavía.
Benditas las palabras con que canto
el nombre de mi amada y mi tormento,
mis ansias, mis suspiros y mi llanto.
Y benditos mis versos y mi arte
pues la ensalzan y, en fin, mi pensamiento
puesto que ella tan solo lo comparte.
Contigo (Luis Cernuda)
¿Mi tierra?
Mi tierra eres tú.
¿Mi gente?
Mi gente eres tú.
El destierro y la muerte
para mi están adonde
no estés tú.
¿Y mi vida?
Dime, mi vida
¿qué es, si no eres tú?
Como si cada beso (Fernando Pessoa)
Como si cada beso
fuera de despedida,
Cloé mía, besémonos, amando.
Tal vez ya nos toque
en el hombro la mano que llama
a la barca que no viene sino vacía.
Y que en el mismo haz
ata lo que fuimos mutuamente
y a la ajena suma universal de la vida.
Poemas de amistad cortos para dedicar
Anónimo
La amistad es como una rosa.
Es tan hermoso su color,
tan delicada su textura
y tan persistente su perfume,
que si no la cuidas
se marchita.
No moriré del todo, amiga mía (Rodolfo Tallón)
No moriré del todo, amiga mía,
mientras viva en tu alma mi recuerdo.
Un verso, una palabra, una sonrisa,
te dirán claramente que no he muerto.
Volveré con las tardes silenciosas,
con la estrella que brilla para ti,
con la brisa que nace entre las hojas,
con la fuente que sueña en el jardín.
Volveré con el piano que solloza
las nocturnas escalas de Chopin;
con la lenta agonía de las cosas
que no saben morir.
Con todo lo romántico, que inmola
este mundo cruel que me destroza.
A tu lado estaré cuando estés sola,
como una sombra más junto a tu sombra.
Anónimo
La amistad es como una hoja.
En el viento,
va y viene
pero si es verdadera
en el camino se detiene.
Anónimo
Creo en ti amigo
creo en tu sonrisa
ventana abierta de tu ser
creo en tu mirada
espejo de tu honestidad
creo en tus lágrimas
signo del compartir
alegrías o tristezas.
Creo en tu mano
siempre extendida
para dar o recibir
creo en tu abrazo
acogida sincera
de tu corazón
creo en tu palabra
expresión de lo que quieres y esperas
creo en ti amigo, así, simplemente.
Anónimo
La amistad cuando es sincera
supera cualquier barrera,
no la afecta la distancia,
el tiempo o la discrepancia.
Es un lazo que si es fuerte
no lo rompe ni la muerte,
es un tesoro valioso,
muy único y fabuloso.
El amino da perdón,
alegría y comprensión.
Tu amistad maravillosa
valoro más que otra cosa.
Anónimo
Cuando un amigo se va
queda un tizón encendido
que no se puede apagar
ni con las aguas de un río.
Cuando un amigo se va
una estrella se ha perdido
la que ilumina el lugar
donde hay un niño dormido.
Cuando un amigo se va
galopando su destino
empieza el alma a vibrar
porque se llena de frío.
Hermanos y amigos (Delia Arjona)
Los amigos son hermanos
que nosotros elegimos,
los que te ofrecen la mano
cuando te encuentras perdido.
Son las puertas que se te abren
y se juntan los caminos,
cuando estás necesitado
sus brazos son extendidos.
Suaves rayos de sol,
que te dan calor y abrigo.
El amor se fortalece
¡cuando tienes un amigo!
Cultivo una rosa blanca (José Martí)
Cultivo una rosa blanca
en junio como en enero,
para el amigo sincero,
que me da su mano franca.
Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo
cultivo una rosa blanca.
Amistad a ultranza (José de Arias Martínez)
Alma a alma así es que nace,
una amistad verdadera,
a fuerza de ser muy sincera,
corazón a corazón,
es una entrega de amor,
sin contratos ni promesas.
Porque existe comprensión,
porque existe aceptación,
sin precisar de perdón,
pues se entrega sin reservas,
la amistad tú la conservas,
cuando solo existe amor.
Anónimo
Amigos para jugar en la arena
y para contarnos las penas.
Amigos para compartir un cuento
y para conversar contentos.
Amigos en las buenas y en las malas,
para compartir los días
de toda la semana.
Poemas cortos y románticos
Anónimo
Amor de cometas
amor de mi alma
enamórame siempre
dime que me amas
que me muero de deseo
de estar siempre en tus brazos
al amanecer o al morir el ocaso.
Anónimo
Tus ojos son luceros,
tus labios de terciopelo,
y un amor como el que siento,
es imposible esconderlo.
Amador (Salvador Novo)
Amar es este tímido silencio
cerca de ti, sin que lo sepas,
y recordar tu voz cuando te marchas
y sentir el calor de tu saludo.
Amar es aguardarte
como si fueras parte del ocaso,
ni antes ni después, para que estemos solos
entre los juegos y los cuentos
sobre la tierra seca.
Yo no quiero morirme sin saber de tu boca (Elsa López)
Yo no quiero morirme sin saber de tu boca.
Yo no quiero morirme con el alma perpleja
sabiéndote distinto, perdido en otras playas.
Yo no quiero morirme con este desconsuelo
por el arco infinito de esa cúpula triste
donde habitan tus sueños al sol de mediodía.
Yo no quiero morirme sin haberte entregado
las doradas esferas de mi cuerpo,
la piel que me recubre, el temblor que me invade.
Yo no quiero morirme sin que me hayas amado.
Anónimo
Antes de ti sostuve otras manos.
Antes de ti besé a otros labios.
Antes de ti dije te quiero.
Y mientras tanto
antes de ti me hicieron daño.
Antes de ti me rompía en llanto.
Antes de ti caí muy bajo.
Ahora que estás tú;
he decidido darte de mí lo mejor.
Olvidarme del pasado y volver a comenzar.
Tal vez tome algo de tiempo, ayúdame a confiar.
Para ti mujer (Joan Mengual)
Eres más bella que una rosa,
lindo corazón y cuerpo puro,
siempre estás muy hermosa
y te entrego mi amor, lo juro.
Nadie puede ocupar tu lugar,
intento cuidarte con esmero,
solo a ti mi corazón he de regalar
y a cambio el tuyo quiero.
Me tienes y soy tuya (Ángela Figuera)
Me tienes y soy tuya.
Tan cerca uno del otro
como la carne de los huesos.
Tan cerca uno del otro
y a menudo ¡tan lejos!
Tú me dices a veces
que me encuentras encerrada,
como de piedra dura,
como envuelta en secretos,
impasible, remota
Y tú quisieras tuya
la llave del misterio.
Si no la tiene nadie
No hay llave.
Ni yo misma
¡ni yo misma la tengo!
Cuando llegue a amar (Rubén Darío)
Cuando llegues a amar, si no has amado,
sabrás que en este mundo
es el dolor más grande y más profundo
ser a un tiempo feliz y desgraciado.
Corolario: el amor es un abismo
de luz y sombra, poesía y prosa,
y en donde se hace la más cara cosa
que es reír y llorar a un tiempo mismo.
Lo peor, lo más terrible,
es que vivir sin el es imposible.
Anónimo
El mar es inmenso
y el desierto infinito,
pero estar contigo
siempre será
lo más bonito.
Anónimo
Fuiste mi gran amiga
después fuiste mi ilusión,
ahora con el paso del tiempo
eres la dueña de mi corazón.