Actualizado diciembre 2, 2019
La Luna es el único satélite de la Tierra y como tal rota alrededor de ésta de manera cíclica, dando lugar a distintos tipos de fases. A continuación, presentamos Calendario Lunar 2020: información de fases Lunares y otros datos importantes.
¿Cuáles son las fases de la luna?
Se dice que las fases lunares o de la Luna cautivaron tanto a los antiguos seres humanos que en gran medida las visiones cíclicas de la vida se basaban en este pequeño astro, el único satélite con el que cuenta nuestro planeta ¿Pero qué son las fases lunares? En verdad son los cambios de la parte iluminada de la Luna cuando es vislumbrada por un observador en la Tierra, estados transitorios ligados a su movimiento y la luz solar reflejada.
Estos cambios, naturalmente, son cíclicos de acuerdo a la posición del satélite respecto a la Tierra y el Sol. Sí, aunque desde aquí la Luna se ve como brillante, en verdad semejante atributo no es más que el reflejo de la luz solar, girando sobre sí misma, pero en relación a las fases, girando sobre nuestra Tierra en un tiempo aproximado de 29.5 días.
Asimismo, es importante saber que la velocidad de rotación de la Luna está coordinada con su período orbital, lo que da como resultado que aunque el satélite rote sobre su eje siempre veremos desde aquí la misma cara (se denomina rotación sincronizada). Por otra parte, si el ciclo lunar es de un lapso total de 29, 5 días, repitiéndose de la misma manera sucesivamente, de las cuatro fases principales se puede decir que todas duran 7,4 días y que cada parte de la luna cuenta con 14,77 días en oscuridad y el mismo tiempo bajo la luz solar.
Por último, antes de adentrarnos en las fases lunares principales, hay que aclarar que el proceso de transición de la luminosidad es producto de la percepción del observador, por lo que va variar si este se halla en el hemisferio sur o norte (de izquierda a derecha el sur; de derecha a izquierda el norte).
Luna nueva o Novilunio
En esta etapa el satélite natural de la Tierra es difícil de divisar, ya que se encuentra completamente oscuro; aunque iluminada por el otro lado, el que justamente no es visible para los humanos que se hallen en el planeta. Si entre esta fase y la Luna llena el satélite recorre 180 grados de su órbita, en esta fase serán 45 grados. Finalmente, el porcentaje de visibilidad va del cero al dos por ciento (una franja minúscula de claridad casi imperceptible) y es igual en ambos hemisferios.
Luna creciente
Comienza a vislumbrarse de tres a cuatro días después de la Luna nueva. En el hemisferio norte es visible del lado derecho y desde el izquierdo en el sur. Es observable luego de la puesta del Sol; aquí el satélite recorre entre 45 y 90 grados de su órbita. La parte visible del astro va del 3 al 34 por ciento durante esta fase.
Cuarto creciente
En esta fase ya está iluminada la mitad del disco lunar. Observable desde el mediodía hasta la medianoche y con la puesta del Sol se la vislumbrar alta en el cielo. Aquí podemos decir que el satélite ha recorrido entre un 90 y 135 grados de la órbita y, para notar el estado transitorio de las fases, podemos anunciar que la parte iluminada de la Luna aquí va desde 35 al 65 por ciento, lo que quiere decir que en algún punto de este período o fase está iluminado la mitad del astro.
Luna Gibosa creciente
Ya la superficie iluminada es mayor que la mitad. Se pone antes del amanecer y alcanza su altura máxima en el cielo al anochecer. La parte visible de la Luna va del 66 al 96 por ciento. Giboso quiere decir que forma una suerte de joroba, que en el caso del satélite se percibe como una curva.
Luna llena o Plenilunio
Aquí el disco lunar está completamente iluminado con la luz del Sol en lo que respecta a la cara que da a la Tierra (Sol y Luna están perfectamente alineados con la Tierra al centro). Puede verse desde la puesta del Sol hasta el amanecer y a la medianoche alcanza su máxima altura en el cielo. Se podría decir que aquí se halla en una posición completamente antagónica, ya que recorrió 180 grados respecto a su inicio orbital. Entre el 97 y el 100 por ciento de la Luna es visible.
Luna Gibosa menguante
La Luna ya comienza a mermar o menguar, por eso se puede vislumbrar una curva, que le da la giba, del lado izquierdo en el hemisferio norte y del derecho en el sur. La zona brillante va de un 96 a un 66 por ciento, como se deja en claro, es una progresión descendente. Sale luego de la puesta del Sol y se vislumbra bien alta en la medianoche.
Cuarto menguante
Se ve iluminada la mitad del disco lunar, pero en una suerte de reverso del cuarto creciente, ya que su progresión es descendente. Sale a la medianoche y se observa más alta en el amanecer. La parte visible es del 65 al 35 por ciento.
Luna menguante
Ya estamos en la fase de la Luna viaje, la luna que culmina para renacer nuevamente en ese ambiente de ciclicidad natural pura. En estas alturas, solo un delgado segmento de la superficie lunar es visible. Sale después de la medianoche, lo que la hace notoria en la madrugada y durante la mañana. La parte visible va del 34 al 3 por ciento.
Como se observa, si bien hablamos de cuatro grandes fases, para ser más detallistas añadimos cuatro intermedias, que pormenorizan mucho mejor el mes sinódico, es decir el que va desde una Luna nueva a otra de la misma naturaleza.
Fases lunares enero 2020
Fases lunares febrero 2020
Fases lunares marzo 2020
Fases lunares abril 2020
Fases lunares mayo 2020
Fases lunares junio 2020
Fases lunares julio 2020
Fases lunares agosto 2020
Fases lunares septiembre 2020
Fases lunares octubre 2020
Fases lunares noviembre 2020
Fases lunares diciembre 2020
Influencia de la luna según sus fases
Desde tiempos primigenios el hombre ha tenido, de manera más o menos explícita, una certidumbre: somos un pequeño trozo del todo, una parte, algo que de ninguna manera puede considerarse principal, pero que cuenta con la hidalguía de ser parte de la totalidad. En ese sentido, es absolutamente lógico que las fases lunares tengan incidencia en multitud de procesos que no solo versan en las alturas de las mareas, sino también la posibilidad de desarrollar ciertos cultivos (aumentándolos y retrasándolos, según las fases, por efectos luminosos y gravitatorios) y hasta el estado de ánimo de los seres humanos (y no sólo el aumento de su pilosidad).
Lo repetimos: si somos parte de todo, de un gran evento que empezó hace miles de millones de años atrás con una estrella colapsada, se entiende por qué hoy algunos especialistas anuncian que en una Luna nueva y en cuarto creciente el hombre es más apto para actividades grupales, porque somos receptivos emocionalmente; en cuarto creciente y Luna llena puede haber sensaciones de balances que van desde el bienestar hasta la depresión y agresividad; en Luna llena y cuarto menguante somos proclives a experiencias y emociones que producen placeres; y en cuarto menguante y Luna nueva está todo engarzado con la atención, las respuestas y estados de alerta, tal vez menos racionales, de ahí la propensión a algunas alteraciones en esta época. Y estos determinismos lunares no son mágicos, sino están más o menos ligados (con una enorme cantidad de factores intervinientes) con nuestra biología, humores, procesos neuronales, formas de alimentación y un sinnúmero más de realidades que solo pueden ser sopesadas a nivel interdisciplinario.