Actualizado marzo 15, 2024
La tristeza es un sentimiento muy extendido en el ser humano. Es un sentir, es una pasión, es algo que no podemos evitar. La poesía, durante todos sus tiempos, ha intentado expresar semejante sentimiento. A continuación, en un posteo que el lector solo encontrará aquí, presentamos una selección de poemas tristes: nuevos y conocidos para compartir.
Poemas tristes anónimos
Poema 1
Lágrimas caen,
en el silencio del alma,
dolor sin voz.
Poema 2
Susurros mudos,
eco de soledad,
en el corazón.
Poema 3
Noche sin estrellas,
solo sombras en mi mente,
vacío profundo.
Poema 4
Marchitas flores,
testigos del olvido,
en el jardín.
Poema 5
El tiempo pasa,
y el recuerdo persiste,
cicatriz eterna.
Poema 6
Cenizas del amor,
se esparcen al viento,
fuego apagado.
Poema 7
Suspiro perdido,
en la bruma del ayer,
sin retorno.
Poema 8
Palabras rotas,
en un libro olvidado,
historia trunca.
Poema 9
Sombra en el espejo,
reflejo de dolor,
roto cristal.
Poema 10
Canción sin melodía,
susurro desgarrador,
eco en la nada.
Poema 11
Río de lágrimas,
caudal de despedidas,
sin rumbo fijo.
Poema 12
Aves migratorias,
buscando un nuevo hogar,
corazón errante.
Poema 13
Noche sin luna,
oscuridad sin fin,
alma sin luz.
Poema 14
Pétalos caídos,
en el sendero marchito,
huellas del adiós.
Poema 15
Silencio sepulcral,
en la habitación vacía,
eco de la nada.
Poema 16
Lápida fría,
nombre olvidado,
pasado perdido.
Poema 17
Viento del olvido,
borra las huellas del amor,
niebla en el alma.
Poema 18
Susurro del viento,
lamento en la madrugada,
eco del deseo.
Poema 19
Mirada perdida,
en el horizonte lejano,
espera sin fin.
Poema 20
Corazón que llora,
en la noche sin estrellas,
eco del dolor.
Poemas tristes de autores conocidos
Al triste (Jorge Luis Borges)
Ahí está lo que fue: la tercera espada
del sajón y su métrica de hierro,
los mares y las islas del destierro
del hijo de Laertes, la dorada
luna del persa y los sin fin jardines
de la filosofía y de la historia,
El oro sepulcral de la memoria
y en la sombra el olor de los jazmines.
Y nada de eso importa. El resignado
ejercicio del verso no te salva
ni las aguas del sueño ni la estrella
que en la arrasada noche olvida el alba.
Una sola mujer es tu cuidado,
igual a las demás, pero que es ella.
Rima XXX (Gustavo Adolfo Bécquer)
Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto
y la frase en mis labios expiró.
Yo voy por un camino, ella por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: «¿Por qué callé aquel día?»
Y ella dirá: «¿Por qué no lloré yo?»
Se desprendió mi sangre… (Concha Méndez)
Se desprendió mi sangre para formar tu cuerpo.
Se repartió mi alma para formar tu alma.
Y fueron nueve lunas y fue toda una angustia
de días sin reposo y noches desveladas.
Y fue en la hora de verte que te perdí sin verte.
¿De qué color tus ojos, tu cabello, tu sombra?
Mi corazón que es cuna que en secreto te guarda,
porque sabe que fuiste y te llevó en la vida,
te seguirá meciendo hasta el fin de mis horas.
Cumpleaños (Ángel González)
Yo lo noto: cómo me voy volviendo
menos cierto, confuso,
disolviéndome en aire
cotidiano, burdo
jirón de mí, deshilachado
y roto por los puños.
Yo comprendo: he vivido
un año más, y eso es muy duro.
¡Mover el corazón todos los días
casi cien veces por minuto!
Para vivir un año es necesario
morirse muchas veces mucho.
Ars Magna (Leopoldo María Panero)
Qué es la magia, preguntas
en una habitación a oscuras.
Qué es la nada, preguntas,
saliendo de la habitación.
Y qué es un hombre saliendo de la nada,
y volviendo solo a la habitación.
Despedida (Jorge Luis Borges)
Entre mi amor y yo han de levantarse
trescientas noches como trescientas paredes
y el mar será una magia entre nosotros.
No habrá sino recuerdos.
Oh tarde merecidas por la pena,
noches esperanzadas de mirarte,
campos de mi camino, firmamento
que estoy viendo y perdiendo…
Definitiva como un mármol
entristecerá tu ausencia otras tardes.
Tristezas de la luna (Charles Baudelaire)
Esta noche la luna sueña con más pereza,
Cual si fuera una bella hundida entre cojines
Que acaricia con mano discreta y ligerísima,
Antes de adormecerse, el contorno del seno.
Sobre el dorso de seda de deslizantes nubes,
Moribunda, se entrega a prolongados éxtasis,
Y pasea su mirada sobre visiones blancas,
Que ascienden al azul igual que floraciones.
Cuando sobre este globo, con languidez ociosa,
Ella deja rodar una furtiva lágrima,
Un piadoso poeta, enemigo del sueño,
De su mano en el hueco, coge la fría gota
como un fragmento de ópalo de irisados reflejos.
Y la guarda en su pecho, lejos del sol voraz.
Tú me has llenado de dolor la mente (Guido Cavalcanti)
Tú me has llenado de dolor la mente,
tanto que el alma se esfuerza por partir
y los suspiros del corazón doliente
muestran a los ojos que no puedo más.
Amor, que tu gran valor siente,
dice; “Lamento que debas morir
por esta cruel dama que no parece
oír que habla la piedad por ti”.
Voy como el que está afuera de la vida,
que a la vista parece un hombre
tallado en piedra, bronce o madera,
más camina sólo por costumbre
y en el corazón lleva la herida
que es señal de muerte verdadera.
Vendrán lluvias suaves (Sara Teasdale)
Vendrán lluvias suaves y olor a tierra mojada,
Y golondrinas rolando con su chispeante sonido;
Y ranas en los estanques cantando en la noche,
Y ciruelos silvestres de trémula blancura.
Los petirrojos vestirán su plumoso fuego
Silbando sus caprichos sobre el cercado;
Y nadie sabrá de la guerra, a nadie
Preocupará cuando al fin haya acabado.
A nadie le importaría, ni al pájaro ni al árbol,
Si toda la humanidad pereciera;
Y la propia Primavera, cuando despertara al alba,
Apenas se daría cuenta de nuestra partida.
Cuando las suaves voces mueren (Percy Shelley)
Cuando las suaves voces mueren,
su música aún vibra en la memoria;
cuando las dulces violetas enferman,
su fragancia se prolonga en los sentidos.
Las hojas del rosal, cuando la rosa muere,
se apilan para el lecho del amante;
y así en tus pensamientos, cuando te hayas ido,
el amor mismo dormirá.