Actualizado septiembre 29, 2019
El Día de los Muertos es una celebración magnífica que a cualquier espectador externo puede dejar boquiabierto. A continuación presentamos las mejores imágenes del Día de los Muertos con información de su significado y origen.
Las mejores Imágenes de Día de Muertos
Altares de Día de Muertos
Imágenes con Frases para el de Día de Muertos
Calaveras para el Día de Muertos
Origen del de Día de Muertos
La muerte siempre ha cautivado al hombre, porque es un suceso, por decirlo de algún modo, inexorable a toda persona y que, sin embargo, nadie puede atestiguar. Ninguna persona puede morir por mí, pero cuando he muerto ya no soy: o no existo o si existo aún las múltiples creencias y religiones se encargarán de dar su explicación propia.
El Día de los Muertos, en tal sentido, es una aproximación a un hecho sumamente negado por buena parte de la cultura Occidental, entendiendo, aunque no sea más que en forma ritual, que el muerto regresa, que se puede tener una suerte de vínculo aún con él y que se le debe no solo respeto sino recuerdo. ¿Pero cuál es el origen de semejante festividad? En verdad, las explicaciones a grandes rasgos son dos y, naturalmente, no hay acuerdo sobre el asunto. Por una parte se nos menciona una suerte de sincretismo entre el mundo español de la conquista y el mesoamericano conquistado; el cristianismo católico y las múltiples civilizaciones preexistentes como los mayas, mexicas o totonacas. Y, entonces, existen una buena cantidad de indicios que nos relatan esta mixtura: la superposiciones de las fiestas el 1 y 2 de noviembre con el Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos, de la liturgia católica; la existencia de cultos mortuorios con rituales sumamente intensos y complejos en las civilizaciones precolombinas; la figuras de componentes que podrían denotar esa mixtura como que en el altar que celebra el muerto se pueden vislumbrar una cruz y un pan, claramente cristianos y flores como la de cempasúchitl, solares, en alusión a un contenido que va más allá de las ideas de esta religión; el contenido hasta festivo, colorido y de ligazón con el muerto, etc. Es decir, se pueden tomar muchos elementos para mencionar la palabra sincretismo, donde los aportes de diversas civilizaciones se mezclan para producir algo nuevo, distinto y en donde sería un craso error antropológico querer calcular cuál cultura otorgó más a eso que denominados hoy Día de los Muertos y según la Unesco es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Pero la lectura de un origen de la festividad en el choque de la civilización española con las múltiples culturas precolombinas a muchos les parece un error. En verdad, existe toda una vertiente de pensadores que cree que el Día de los Muertos fue pensado de esa manera por denuedos nacionalistas en distintas épocas y hasta por figuras específicas tan variadas que van desde el pensador y poeta Octavio Paz hasta el muralista Diego Rivera ¿Pues aquí cuál sería la explicación? Que el Día de los Muertos es producto de la andanada o evolución (no en el sentido de perfeccionamiento) de las mismas prácticas mortuorias españolas desde época virreinales hasta mediados del siglo XX, con un Estado nación mexicano absolutamente consolidado. Cementerios, entierros, cremación, y las respectivas creencias anudadas en cada región. Esta vertiente no esta declarando que no haya una suerte de sincretismo con los pueblos originarios, sino que critica, de manera fuerte, que el mismo se haya producido simplemente con civilizaciones lo bastantes extendidas en su estudio y conocidas en el mundo como la azteca y la maya, por ejemplo. Asimismo, siguiendo esta línea de pensamiento, la utilización de calaveras, las prácticas culinarias inmiscuidas en rituales mortuorios y hasta los altares y las utilizaciones de decoraciones floridas no solo también advienen en otras naciones de América, sino que pueden tener su origen en actividades medievales europeas, sobre todo de índole rural italiana y española.
Significado del de Día de Muertos
El significado del Día de los Muertos es honrar justamente a las personas fenecidas, teniendo en cuenta que si bien las primeras actividades, en los más devotos, comienzan el 28 de octubre, la celebración propiamente dicha es el 1 y 2 de noviembre (en el primero, llegan las ánimas de los niños; en el segundo, las de los adultos). Claramente esta celebración no hace a un lado a la muerte ni al muerto, sino que la enfrenta, halla su componente festivo y, por decirlo de alguna manera, comprende que el muerto no es una entidad que haya desaparecido ni que existe en una realidad absolutamente radical al hombre: no, en estas fechas vuelve, se acerca a sus seres queridos que lo rememoran y aportan un sinnúmero de ofrendas.
Si el significado es honrar y recordar a los muertos, naturalmente encontraremos objetos que ayudan a semejante cometido. Uno de ellos son los altares, erigidos de manera doméstica y con distintos niveles: pueden ser de dos, de tres y de siete (el tradicional por antonomasia). El primero da cuenta del cielo y la tierra; el segundo del cielo, la tierra y el inframundo; finalmente, el tercero, representa los niveles que debe atravesar, trabajosamente, el alma para llegar a su sitio de descanso espiritual ¿Y qué exhiben estas arquitecturas funerarias? Hay una plétora de objetos: el santo de devoción de la familia, sal como elemento de purificación, pan como alimento, frutas y platillos preferidos de los difuntos, fotografías del fenecido y para culminar, en contacto con la tierra, una cruz florida. Tampoco faltan aromas provenientes del copal y el incienso, un arco que funge de umbral para los muertos en la parte superior, papeles picados que dan cuenta de lo inmaculado y el duelo, velas y cirios que alumbran la llegada del muerto y hasta calaveras provenientes de la costumbre popular. Hay que recordar, por otro lado, que el agua tampoco puede faltar, para calmar la sed del exámine que recorrió mucho camino hasta llegar con sus seres queridos.
Pero ese honrar, venerar a los muertos no se reduce a los altares pletóricos de elementos ni a las ofrendas individuales (flores, pan, agua o hasta esculturas), sino que hay visitas a los camposantos. De hecho, ya lo anunciamos arriba, para los muy devotos las actividades de fabricación de altares y, por otro lado, limpieza y ornamentación de tumbas y panteones arranca el 28 de octubre. Flores, veladoras, ofrendas variadas, la familia reunida ante el sitio en donde yace el difunto, rezos, música de mariachis y un simple quedarse enriquecen con actividades esta celebración de por sí sumamente abundante desde todo punto de vista.