Actualizado marzo 12, 2017
Nos cuesta llegar a pie de un sitio a otro, andamos en auto, ferrocarril, colectivo y las distancias nos parecen gigantes. No todos tienen acceso a aviones o medios de transporte veloces ¿Y cuál es la consecuencia de todo ello? Pensar que el mundo es más grande de lo que verdaderamente es. Pero no: la casa nuestra es pequeña, muchos de sus recursos son limitados y deberemos aprender, urgentemente, compartir como buenos hermanos todas las bonanzas. Lamentablemente esto no sucede y, dentro de flagelos de toda clase, se desprende el calentamiento global. Aquí una sucinta nota al respecto de este importante fenómeno ¡Para tomar conciencia!
¿Qué es el Calentamiento Global?
El calentamiento global, en sentido estricto, indica el aumento general de la temperatura en la tierra. De todos modos, aquí vamos a realizar una aclaración: no se refiere, como usualmente la prensa indocta trata, solo a la temperatura climática, porque ese constante medrar se puede percibir también, por ejemplo, en los océanos y está ligado al mismo fenómeno.
Por desgracia, hablamos de un fenómeno que puede afectar (y afecta) de manera fuerte a cualquier clase de vida que surque esta tierra, cuestión que lo convierte en una problemática imposible de soslayar. El aumento de la temperatura de la tierra ha sufrido en el siglo XX, sobre todo a partir de 1950, una aceleración como nunca ha existido, según diferentes estudios de científicos especializados.
¿Cuáles son las causas del calentamiento global?
¿Pero por qué aumenta la temperatura de la tierra? ¿Es una especie de principio de Gaia donde el planeta quiere deshacerse de una especie que lo daña y rompe el equilibrio? ¿Algo natural? ¿Algo antropogénico? Lamentablemente la respuesta correcta es la ligada con la última pregunta. Si nuestra hermosa casa ha existido durante millones de años con procesos naturales variados y ciertos niveles climáticos/atmosféricos (dependiendo de hechos de la naturaleza), ahora todo se modifica por acción del hombre.
Hay una especie de acuerdo entre intelectuales y eruditos al respecto de achacar a las actividades humanas semejante realidad, sobre todo por la producción de gases de invernadero. ¿Las actividades en lo específico? Trabajos con el petróleo, la minería en sentido lato, prácticas con grandes usos de carbono, deforestación, etc. Un enorme proceso que solo nos puede perjudicar. Un capitalismo que se devora a sí mismo.
¿Cuáles son las consecuencias del calentamiento global?
Las consecuencias son globales y particulares, aunque suene contradictorio. Por un lado afecta al planeta entero, sin embargo cada zona de acuerdo a sus caracteres geográficos vivirán corolarios singulares. En primer lugar hay que hablar de modificaciones climáticas que pueden dañar existencias animales y vegetales: sequías sempiternas, aumento de los desiertos, lluvias torrenciales, nieve intempestiva, todo producto de temperaturas que se modifican. Asimismo, en zonas cercanas a hielos eternos podremos ver reducción de glaciares y banquisas, lo que acarrea un aumento del nivel del mar.
¿Y el hombre qué sufre entre todo ese embrollo? Bueno, hace escasos días la ONU publico un informe que puede dejar sorprendido a muchos: alrededor de 20 millones de personas morirían de hambre en este 2017. Es decir, a los desvaríos del ser humano que son un hecho inconstrastable añadimos la naturaleza perjudicada por éste. Inundaciones, falta de rendimiento de cosechas y, por ende, más hambruna, serían las consecuencias inmediatas del calentamiento global
Cómo combatir y cuáles son los desafíos del calentamiento global
Estamos hablando siempre de grandes procesos, los cuales engloban al planeta entero, por ende, cualquier mitigación al respecto tendrán consecuencias visibles dentro de algunos años. Por ejemplo, bajar la temperatura un grado en emisiones dañinas tendrán un fin positivo recién en el 2030. Más allá de eso, no deja de ser imperativo el hacer algo al respecto.
El combatir es sencillo: dejar de hacer lo que se realizar o disminuirlo. Hablamos, para ser breves, de menores deforestaciones, del control en la producción de productos, del cuidado a la emisión de gases ponzoñosos, de la renovación o mejoras energéticas, incluso de la utilización de energía nuclear para reducir el uso del carbono. Lamentablemente hablamos de decisiones que muchas veces competen a grandes multinacionales, las que por lo general anteponen sus intereses primero al cuidado del planeta. Uno se pregunta si cavilan al respecto de las ganancias frente a la inexistencia de la tierra. Capitalismo ciego.
¿Qué es el Cambio climático y cuáles son sus causas?
La temperatura de la tierra nunca fue igual. Hay, muchas veces, un cierto prejuicio de pensar que sin obra del hombre toda variación era inexistente. No, en rigor de verdad eclosionaban, como lo demuestran períodos glaciares e interglaciares. Más allá de eso, digamos que en aquellos tiempos la misma naturaleza se encargaba de producir equilibrios; ahora, en cambio, advino un gran factor disruptor: la actividad del hombre.
Entonces, para ser precisos, el cambio climático refiere a la modificación global del clima de la tierra. Se puede deber a hechos naturales como precipitaciones de toda clase, nubosidad, temperatura, incluso catástrofes naturales o actividades antropogénicas. Hay cierto acuerdo en declarar a las últimas como las más peligrosas, ya que son las causantes del calentamiento global. Industrias de todo tipo, trabajo agricultura o con combustibles fósiles son excelentes muestras del exceso humano.
¿Cuáles son las consecuencias del Cambio climático y como nos afecta?
Hay que reparar en una cuestión: en un planeta habitados por seres humanos, todo flagelo climático global serio implica no solo problemas ambientales, sino económicos y sociales. En ese sentido, la vida y su desarrollo va a ser mucho más difícil: carencia en la productividad de alimentos, sequías, inundaciones, desapariciones de animales y plantas ante transfiguraciones de nichos ecológicos, precipitaciones descontroladas, aumento del nivel de mares, entre otras consecuencias. Todo complicado, más si tenemos en cuenta que los países marginales o en vías de desarrollo (concepto discutible) padecerían más tales consecuencias.
El cambio climático y el agua
Estamos de acuerdo, sin necesidad de efectuar una convención, de que el agua es indispensable para nuestra vida. Entonces, se abre un interrogante: ¿qué pasa con ella ante el cambio climático? De seguro aumentará las sequías y las inundaciones. En el primer caso, miles de millones de seres vivos perderán ambientes seguros y accesos al preciado líquido; en el segundo caso, el mayor riesgo es la contaminación. Es que el agua potable puede trasladarse a zonas contaminadas y llenarse de sustancias nocivas. Por ejemplo, cada año mueren 800 niños por diarrea ocasionadas en tales coyunturas.
Asimismo, dejando de lado el impacto preciso, las modificaciones de los climas pueden llenar de ácidos o salinizar excesivamente las aguas, cuestión que reduciría las reservas dulces.
El cambio climático y la desertización
No al aumento del desierto, debe ser un lema, entre otros ambientales. Es que hablamos de una de las problemáticas más ciclópeas que atraviesa la humanidad, a tal punto de que existe una convención especial para su tratamiento en la ONU desde 1994. Desertización es un proceso en el cual la tierra deja de ser fértil, incluso habitable y productiva, al precio de convertirse en un páramo erosionado. De hecho, la erosión es la perfecta antesala, debido a que sustrae los nutrientes necesarios de la tierra por causa del agua o viento. Millones de personas la sufren.
¿Pero por qué existe este fenómeno? ¿Hasta qué punto es natural? Como la mayoría de ellos, sus rasgos son bicéfalos: dependen de la madre naturaleza, pero sobre todo del hombre. Procesos de inundaciones, erosiones, rasgos del clima ayudan a la desertización. En cuanto a lo exclusivo del ser humano, todo lo que es químicos e intensidad de la agricultura, talas sin coto alguno, incendios, explotación de acuíferos, entre otras actividades.
¿Qué es el efecto invernadero y cómo se genera?
¿Se imagina viviendo en un planeta con una temperatura promedio de -18 grados centígrados? Seguramente no. Bueno, le comunicamos que sin el efecto invernadero, no tendríamos los cálidos 15 grados y si la gélida anunciada anteriormente. Estos gases, de ahí su efecto, lo que hacen es irradiar nuevamente la energía solar que llega a la tierra. No la dejan escapar, y las expanden a múltiples direcciones.
«¿Entonces cuál es el problema?», podría preguntarse un cándido lector. De última, estamos como en una casa bien cerca de una chimenea invernal. No, no es así. Lamentablemente la actividad humana ha aumentado considerablemente esos gases, que de por sí ya los produce la tierra como el metano o el óxido de carbono, teniendo como consecuencia rápida el calentamiento global. Tan simple como ello.
Problemas del efecto invernadero en un futuro cercano
Los efectos ya se han anunciado de alguna manera, porque estamos hablando de diversos fenómenos que se implican entre sí. Es claro que los gases de invernadero, que siempre han sido producidos, han modificado su composición o por lo menos su distribución. Con la actividad del hombre, poniendo como mojón de referencia la revolución industrial, el aumento del óxido de carbono y de nitrogeno aumentó en forma sensible. Esto por la actividad de las industrias y el transporte utilizado.
En cuanto a los problemas presentes y futuros, los mismos son muy diáfanos: aumento de la temperatura, contaminación de ambientes, destrucción de biodiversidad, anulación de especies, inundaciones, sequías, entre otras cuestiones ligadas.
Proyectos para combatir el efecto invernadero
Hay una gran cantidad de imperativos que se deben seguir para la disminución de este efecto que no es malo en sí mismo, sino que la actividad del hombre mayormente lo ha vuelto dañino. Reducir la deforestación es un buen ejemplo, como también realizar un inventario de límites sobre la emisión de gases como el óxido de carbono por parte de distintas industrias. El uso de automóviles con combustible fósil también implica grandes inconvenientes. Las tareas son múltiples y, a veces, las decisiones políticas brillan por su ausencia.